Miedo

domingo, 23 de noviembre de 2014

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A veces el miedo te paraliza, no te deja actuar, te inmoviliza, te anula por completo.

El miedo hace que te escondas, que huyas, que te alejes de tus objetivos; el miedo hace que los demás no te vean, que pases desapercibido, que te sientas seguro bajo tu propia coraza.

Pero lo peor es que el miedo sólo lo alimentas tú, tú eres el único responsable de que crezca, de que exista, de que se convierta en poderoso; tu inseguridad y los "consejos realistas" ajenos, hacen que ese miedo pase a ser el protagonista de tu existencia, hace que ese miedo esté presente en todas tus vivencias, en todas tus relaciones, en todas tus experiencias.

¿Cómo nos libramos de él?

¿Cómo hacemos que desaparezca?

Realmente, nunca ha existido.

Si estuviéramos dentro de una habitación oscura, te diría que encendieras la luz y tu miedo desaparecería, pero no es el caso. Tú no lo tienes tan fácil, o ¿quizás sí?

Sólo cuando tú decidas encender esa luz, enfrentar tus temores, pasar a la acción y dejar atrás tus complejos; sólo y únicamente en ese momento, tu miedo desaparecerá, dejará de ser tu presente, se ahogará en su propia ignorancia, y quizás en ese instante te permitas ser feliz.

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