¿Consideras que en la actualidad la psiquiatría está dominada por la industria farmacéutica?

martes, 27 de enero de 2015

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Hoy voy a hacer un comentario de la entrevista realizada al psiquiatra Allen Frances, la cual se titula: Un psiquiatra en pie de guerra. A continuación os dejo el enlace de la entrevista.

http://www.finanzas.com/xl-semanal/conocer/20140907/allen-frances-psiquiatra-guerra-7575.html


Espero que os haga reflexionar.


¿Consideras que en la actualidad la psiquiatría está dominada por la industria farmacéutica?

Considero que hoy en día, hay demasiada difusión de fármacos. La población en general puede acceder muy fácilmente a fármacos muy específicos, los cuales, en la mayoría de los casos, generan dependencia en sus consumidores; que esto esté ligado a la psiquiatría o no, se escapa de mi conocimiento, de lo que sí estoy segura es de que las farmacéuticas están muy interesadas en esta filosofía que se da dentro de las consultas de atención primaria o en las consultas específicas de psiquiatría. Puede ser que los médicos de atención primaria y los psiquiatras manden fármacos ante problemas de la vida cotidiana que no se solucionan con Prozac, ante los cuales, el mejor antidepresivo no debe ser registrado por ninguna empresa farmacéutica, ya que todo es cuestión de tiempo, el tiempo se encargará de normalizar la situación. El sufrimiento que presenta la persona se manifiesta en conductas necesarias para asumir y adaptarse al cambio que supone esa situación para el individuo, los fármacos sólo se encargaran de “dormir” y “callar” a dichos comportamientos, por lo que el sujeto no se adaptará nunca a la nueva situación, convirtiéndose en un adicto de la química que le proporciona el fármaco. Esto se agrava aún más, como dice Allen Frances en su entrevista, cuando se hace un manual con las características que presenta el DSM-5, donde nos encontramos patologías que pudieran estar presentes en la mayoría de la población.

Ante esto podemos preguntarnos si las farmacéuticas han estado detrás de la elaboración de dicho manual, ¿qué gana un profesional de la mente patologizando conductas de la vida cotidiana? Obviamente nada, a no ser que se esté aliado a la empresa farmacéutica que comercializa el fármaco, en este caso ganaría mucho dinero. Pero, ¿dónde queda la ética profesional?, e ignorando esta pregunta, debido a la deshumanización que implica su respuesta, pasemos a otra cuestión, como bien dice Allen Frances, ¿dónde queda la individualidad del individuo? Al querer homogeneizar el comportamiento idiosincrático del mismo, estamos condenando a diagnosticar enfermedades que realmente puedan no existir. Entonces nos encontramos ante un manual que no hace una óptima discriminación entre la persona sana y la persona enferma, si un psiquiatra se deja guiar por dicho manual para realizar un diagnostico, y por consiguiente recetar un fármaco, puede llegar a crear una dependencia a la sustancia química.

Resumiendo, hoy en día, los fármacos están de moda, se han convertido en la panacea del siglo, en la mentalidad de nuestros ciudadanos brilla la inmediatez, quieren acabar con el problema rápido y pronto, y sin hacer muchos esfuerzos, por lo que las farmacéuticas están de suerte, ya que esto se consigue a través de una pastilla. Otra opción sería, incluir a los psicólogos y a sus terapias en las consultas de atención primaria, a lo mejor, con escasas intervenciones consiguen ahorrar dinero tanto al Estado como al individuo e indirectamente, ofrecen a éste más calidad de vida, pero reitero simplemente es otra opción.

¿Somos iguales?

sábado, 24 de enero de 2015

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A simple vista, hombre y mujeres, son diferentes, pero la palabra diferente implica desigualdad. Según la RAE, la palabra “desigual” significa: Que no tiene la misma naturaleza, cantidad, calidad, valor o forma que otra u otras personas o cosas, o que se diferencia de ellas en uno o más aspectos. Cuando se dice que algo es desigual, lleva implícito consigo, una comparación, por lo que una de las partes comparadas tiene que ser mejor que la otra.

Pero, ¿cómo se resuelven las desigualdades entre hombres y mujeres sin llegar a sobreponer un género sobre el otro? Desde el campo de la ciencia y más concretamente, desde la neurociencia, se están haciendo grandes avances para poder contestar a esta pregunta desde una perspectiva de género, en la cual ningún sexo queda por debajo del otro.

Cuando decimos que la mayoría de los hombres son más altos que las mujeres, no hay polémica, es algo evidente, y parece que esta afirmación no ofende a (casi) nadie, pero cuando se hace la misma afirmación para señalar las diferencias que hay, por ejemplo, en cuanto a las capacidades mentales, que por alguna razón están relacionadas con la inteligencia, las reacciones mundanas no son las mismas; se han encontrado diferencias en procesamiento espacial, donde los hombres muestran más habilidad para rotar mentalmente objetos, esta afirmación no significa que no haya mujeres hábiles en esta capacidad, pero las curvas estadísticas son más favorables para ellos. Pero  estas diferencias no quieren decir que los hombres sean más inteligentes que las mujeres, ya que los datos referentes a inteligencia general son igual de favorables tanto para ellos como para ellas.

En cuanto al juego, el cual es importante para el desarrollo cognitivo del individuo, se ha comprobado mediante estudios de observación, que ellos prefieren juegos de “niños” y ellas juegos de “niñas”, esto ha sido incluso comprobado en monos, teniendo en cuenta su sexo y la preferencia por el objeto elegido para el juego, donde se observan las mismas diferencias.

Por otro lado, hay datos que nos muestran que los hombres eligen carreras profesionales más relacionadas con las matemáticas (lógica, inferencia) y las mujeres carreras más relacionadas con las personas (cuidad, trato directo). Pero esto, ¿se debe a una elección propia del individuo, por ser individuo?, o ¿esta elección está contaminada por lo culturalmente correcto, es decir, por lo que es más adecuado por ser hombre o por ser mujer?. Aún no se ha encontrado una respuesta para estas preguntas que esté fundamentada en datos objetivos, por lo que el tiempo y la igualdad de oportunidades por la que se lucha en la actualidad darán la respuesta.

Es evidente que hay diferencias entre hombres y mujeres, hay diferencias anatómicas; por un lado están las físicas, evidentes a simple vista, y por otro lado están las diferencias anatómicas cerebrales y la actuación de las hormonas en uno u otro sexo. De alguna forma estas diferencias se manifiestan en el comportamiento de unos y de otras, pero, dejando a un lado datos “objetivos”, hombres y mujeres somos iguales, en cuanto a que tenemos derecho a elegir y optar por las mismas oportunidades.

Lo ideal, desde mi punto de vista, sería utilizar e indagar en las diferencias entre sexos para utilizarlas de forma útil, es decir, para poder beneficiarnos de dichas diferencias, por ejemplo en la rehabilitación de daños cerebrales, teniendo en cuenta que hay diferencias en el cerebro a nivel anatómico la rehabilitación de éste podría ser diferente.

Para concluir, hay que decir que todas las diferencias anteriormente nombradas no justifican la discriminación social que se da en nuestra sociedad hacia el papel de la mujer. Todas las culturas, incluida la nuestra, exageran dichas diferencias, creando estereotipos de género que confunden patrones psicológicos con modelos culturales. El papel de la mujer en nuestra sociedad ha estado muy sesgado por los estereotipos de mujer cuidadora, ama de casa, lo cual limitaba su desarrollo laboral fuera del hogar. Hoy en día esto está cambiando, el modelo de familia se ha modificado en los últimos años y la mujer tiene la necesidad de salir a trabajar fuera, de desarrollarse como persona trabajadora para satisfacer sus deseos más allá de sus necesidades.


Somos diferentes anatómicamente, 
pero nuestras diferencias pueden acercarnos a conseguir la equidad social.

Y, ¿por qué no?

sábado, 10 de enero de 2015

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Los peces lloran, pero también sonríen, aunque a veces lloran y muchas otras veces también sonríen y disfrutan y se dejan llevar, se olvidan de todo y sólo sienten, ríen, cantan, bailan, aman,... todo sin límite, sin descanso, sin pausa. Porque, aunque muchos piensen que llorar mucho no es sano, también los peces que lloran tienen sus momentos de risa, aunque sólo lo hagan cuando no tengan prisa; prisa por vivir y por alcanzar el ritmo de los que a su alrededor respiran.

Invisibles

sábado, 3 de enero de 2015

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Qué pena da mirarte y verte vacío, lleno de complejos, pero vacío...

Presumes, hablas alto, juzgas, pero no das explicaciones, haces cuanto quieres y deseas sin preguntar, ni pedir opinión.

Más me merezco es tu canción preferida, pero en algún renglón olvidaste el estribillo:
"Algún día la vida decidirá por ti
y te dará tu merecido al fin"

Mientras, tú...

- habla alto cuando temas que no te oyen,

- enfádate cuando presientas que no te harán caso, 

- da argumentos de cómo piensas cuando los demás te miren raro, no vaya a ser que te tomen por loco y tu cordura pase a formar parte de ellos,

- siéntete único y especial, superior a los que te oyen, para que éstos tengan clara quién es el sabio,

- no oigas sus opiniones, con las tuyas tienes suficiente,

- que no te hagan entrar en razón, así, tú, serás siempre original y tendrás algo que decir.

Pero lee atentamente esto:

Qué pena da mirarte y no ver en ti a lo más valioso del ser humano, porque... tú eres hombre, ¿verdad?
¿Dónde dejaste tu humanidad cuando decidiste ser uno de ellos? ¿Lloras, ríes, sueñas, amas y odias, no?
Por lo tanto, eres tan humano como yo.
Cuando te caes, ¿sangras?
Cuando te chillan, ¿te duele?
Cuando llueve, ¿te mojas?
Cuando amas, ¿te ilusionas?
Cuando duermes, ¿sueñas?

Al igual que tú haces todo eso, lo hacen los que están a tu alrededor, y te aseguro que su sangre es tan roja como la tuya y sus lágrimas tan cristalinas como las que tu derramas cuando te emocionas. A lo mejor no tendrán un perfume para cada día o una cuenta corriente con tantos dígitos como la tuya; seguramente no conozcan el significado de la palabra rabia, desesperación o humillación; pero te aseguro que la sienten cuando personas como tú, se sienten con derecho y más altos y poderosos que ellos.



Para todos los invisibles de la sociedad.