Porque cuando llega una nueva oportunidad y ves tu sueño cerca, te imaginas en él, empiezas a tener ideas en torno a él y crece el castillo donde gustaría vivirlo. Te ilusionas, los ojitos brillan,... porque crees que has encontrado respuesta a tu eterna pregunta
"¿y por qué no?"
La idea de conseguirlo ocupa la mayor parte de tu día, sueñas con él, hablas de él, hasta sientes que ya estás disfrutando de él.
Pero pasa el tiempo y de pronto, te abren los ojos de un portazo y... el castillo se cae.
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