Y tener que luchar todos los días contra un monstruo que nos puede, que nos momifica; un monstruo donde nos vemos inmersos la mayoría; donde se identifican, donde nacemos, crecemos, morimos, donde nos miran, nos juzgan, donde nos critican. Y es que ese monstruo no puede desaparecer de nuestras vidas, podríamos cambiarlo, mejorarlo, transformarlo,... pero para eso hacer falta mucho trabajo todavía. No estamos preparados para ese cambio, a lo mejor algún día...
A lo mejor algún día me levanto y no hay muertes, ni asesinatos en la prensa matutina; no hay violaciones, ni tratos que vejan los derechos más humanos. Y a lo mejor algún día los niños recuperan su infancia perdida, y a lo mejor no hay mayores "abandonados" en las esquinas. Quizás algún día podamos hablar de igualdad, de respeto, siendo fieles a lo que esa palabra significa.
A lo mejor, algún día, pueda ver a la gente sonreír por el simple hecho de tener vida.
Pero aún queda mucho para eso, llamémoslo la eterna utopía.
Ahora tengo que convencerme a mi misma que hay que convivir con asesinatos, muertes, violaciones todos los días, que este mundo esta cambiando, pero que yo no estoy preparada para ese cambio, que todos comentan cuando se comete algún tipo de aberración contra un ser humano pero que muy pocos levantan su mano para intentar evitarlo, que muy pocos levantan su voz para callar comentarios enajenados y que muy pocos se mueven para evitar que ese cambio vaya en sentido equivocado.
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