
Porque a veces lloran y no lo vemos.
Lloran por amor, por soledad, por tristeza; lloran por impotencia, por hacerse oír, lloran porque sus gritos no son lo suficientemente fuertes para despertar a los demás, lloran porque se sienten vacíos, porque no son correspondidos, lloran por dolor, por rabia, por obsesión; lloran porque sus sueños se alejan y no se sienten capaces de nadar hacia ellos, la corriente es demasiado fuerte para llegar a conseguirlo; lloran porque chocan y no saben cómo volver a retomar su camino, lloran por desolación, por decepción, porque no sienten, porque sienten demasiado, y así llorando y llorando, van llenando su océano de lágrimas vacías.
Todos lloran pero nadie los ve.