Presente

martes, 14 de enero de 2014

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Hoy ya no llora. Ha llorado mucho, pero hoy ya no lo hace. Sus lágrimas se han perdido, han quedado olvidadas en un nostálgico océano que ya no navega. Llanto, llanto callado que le acompaña para recordarle que algún día, durante su pasado, estuvo triste, expresaba sus sentimientos, sentimientos que ahora permanecen reprimidos, ausentes; sentimientos que se han desvanecido, le han abandonado, se han ido para ser sustituidos por otros que no identifica como suyos; extraños sentimientos que se albergan en él; desconoce el motivo, pero le acompaña en su día a día, en cada momento, habla con ellos pero no entiende su lenguaje, a veces le bombardean fuertemente y se deja llevar, se abandona ante ellos, levita, sonríe, siente escalofríos en su pequeño cuerpo, y... se asusta, toma de nuevo el control y consigue dominarlos, los controla y regresa a su rutina, a la realidad que conoce y de nuevo se le olvida llorar y sigue acompañado por esos sentimientos que desconoce.

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