Y, ¿por qué no?

sábado, 10 de enero de 2015

| | |


Los peces lloran, pero también sonríen, aunque a veces lloran y muchas otras veces también sonríen y disfrutan y se dejan llevar, se olvidan de todo y sólo sienten, ríen, cantan, bailan, aman,... todo sin límite, sin descanso, sin pausa. Porque, aunque muchos piensen que llorar mucho no es sano, también los peces que lloran tienen sus momentos de risa, aunque sólo lo hagan cuando no tengan prisa; prisa por vivir y por alcanzar el ritmo de los que a su alrededor respiran.

0 comentarios:

Publicar un comentario